Una parte fundamental de la educación y cuidados que debemos proporcionar a nuestros hijos se relaciona con la cultura deportiva.
A los dos años el niño comienza a explorar su entorno y comprender sus capacidades y límites físicos y precisa desarrollar hábitos y habilidades físicas como parte de su maduración biológica, psicológica y social.
Es por esto que, cada vez más temprano, los padres se ocupan de que sus hijos practiquen algún deporte o actividad física para favorecer su salud y su desarrollo. A continuación, te presentamos seis opciones a considerar si tienes un niño entre dos y cinco años.
¿Qué encontrarás aquí?
Las 6 mejores actividades físicas
Caminar
Salir a dar paseos con tu hijo, además de ser una excelente actividad física, te permitirá estar en buena forma y compartir con él mucho tiempo de “calidad”.
Resulta una actividad sencilla, económica y que favorecerá el vínculo con tu hijo y ampliará las dimensiones de su entorno.
Jugar con una pelota o balón
Otra de las actividades más sencillas y económicas que podrás proporcionar a tu hijo es jugar a patear y lanzar el balón.
No sólo le permite ejercitar todo el cuerpo, sino que también contribuye a mejorar su coordinación y equilibrio.
Si lo animas a jugar con otros niños, podrá además reforzar el desarrollo de sus habilidades sociales y cuando sea un poco más mayor, alrededor de los cinco años, puedes apuntarle a algún equipo de futbol.
Natación
Es uno de los deportes más completos y un ejercicio que, además de beneficiar el desarrollo musculo esquelético, favorece al sistema cardiovascular.
Pueden practicarlo los bebés desde muy pequeños siguiendo las normas de seguridad indicadas y bajo la supervisión del entrenador y los padres.
Además de favorecer el desarrollo físico, nadar refuerza la autoconfianza y autoestima del niño, le permite relajarse y con seguridad disfrutará de otras actividades acuáticas cuando sea mayor.
Montar en bicicleta
Una actividad que resulta muy completa desde el punto de vista del desarrollo físico y emocional del niño es poder andar en bicicleta.
Puede iniciarse desde antes de los dos años de edad, con la incorporación del triciclo y más tarde con una bicicleta sin pedales que resulta ideal como entrenamiento para usar más adelante la bicicleta convencional.
Montar en bicicleta favorece el intercambio con otros niños de su edad, le permite explorar su entorno y disfrutar de tiempo al aire libre.
Danza
La danza o baile es una actividad muy gratificante e implica moverse coordinadamente al ritmo de la música. Desarrolla en el niño la armonía, el ritmo, el equilibrio y la coordinación.
Desde el punto de vista psicosocial, permite al niño reafirmar la confianza en sí mismo y no tener vergüenza de presentarse ante los demás.
Además, amplía su cultura musical.
Karate
Este deporte es percibido como muy rudo por algunos padres, pero en realidad es excelente para el desarrollo de la percepción del propio cuerpo, favorece la coordinación visomotora, la concentración y la atención del niño.
Para superar cada nivel el niño debe aprender un katá o conjunto de movimientos que va incrementando su dificultad en tanto avanza en la disciplina.
Además, la filosofía oriental les inculca a los niños desde muy pequeños disciplina y orden.
Beneficios de la actividad física
Proveer a tus hijos de la oportunidad de practicar algún deporte desde pequeño resultará muy beneficioso para su vida adulta, ya que tendrá mejores hábitos.
Permite que pruebe varias actividades diferentes el tiempo suficiente para que pueda saber cuál es su favorito y cuál disfruta más. Esto formará parte del desarrollo de su personalidad.
No le impongas ninguna actividad específica. Permite que el escoja la que más se ajuste a sus preferencias y con esto contribuirás además a reforzar su autonomía.
Mientras juegan y se ejercitan, los niños aprenden a compartir, el respeto a las reglas y el compañerismo. Además, los deportes le permiten al niño aprender a cerca de su entorno.