¿Cómo introducir un alimento nuevo en la dieta de tu bebé

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Un tema que preocupa y mucho a las madres es la alimentación del bebé. Los primeros meses son relativamente relajados porque el bebé requiere de lactancia exclusiva y si estás amamantando, no necesitas preocuparte por el menú.

Sin embargo, en torno a los 6 meses debemos comenzar a introducir paulatinamente nuevos alimentos a la dieta del bebé. Debe ser un proceso gradual para prevenir y detectar alergias alimentarias y debido a que todos esos sabores son nuevos para él.

Lo más importante es hacer de la comida un momento relajado y de disfrute. Lo peor que podemos hacer es presionarle y perder la paciencia. La comida debe ser un sano placer y eso es lo que debemos transmitir.

Los 15 trucos que mejor funcionan para introducir un alimento nuevo

Una atmósfera agradable

Es la premisa básica. Hacer de la hora de la comida un momento grato del día que el bebé espere con una expectativa positiva.

El ritual puede incluir canciones infantiles o juegos e incorporar al bebé a la comida familiar. También hay que darle el equipamiento necesario como un plato adecuado al tamaño de sus porciones,  unos cubiertos que le gusten adecuados a su capacidad de deglución, la trona y su vaso antiderrame.

Dejarle manipular los alimentos

Una manera de permitirle familiarizarse con un alimento que no conoce es dejarle tocarlo y jugar con él. El aroma forma la mayor parte del sabor y los pequeños tienden a llevarse todo a la boca. Por lo que sería un proceso muy natural que no requerirá de nuestra intervención.

El percibir la textura y olor de los alimentos puede despertar su curiosidad y predisponerlo positivamente a esta nueva experiencia. Desechamos la frase de la abuelita “Con la comida no se juega”.

La mejor estrategia

Enseñar con nuestro ejemplo. Probar alimentos nuevos frente al bebé y hablar de su delicioso sabor o agradable textura. Además de ser saludable fomentará la adquisición de hábitos saludables porque los niños aprenden por imitación.

Insistir

A pesar de que no debes obligarle, sí debes ofrecer en varias ocasiones un alimento hasta que tu bebé lo acepte. De cinco a quince veces puede llevar el despertar su curiosidad por un nuevo sabor, así que no desistas a la primera.

Si tras probar esta estrategia continúa rechazando algún vegetal, deja de presentárselo durante algún tiempo y luego vuelve a intentarlo.

Establecer rutinas

Si las actividades del día como hora de despertar, baño, paseos, juegos y comidas siguen un patrón regular, el bebé estará más dispuesto a comer con entusiasmo. Los bebés que pasean suelen dormir mejor y comer con más apetito.

Lo ideal es que el bebé no esté muy cansado a la hora de comer. Su necesidad de descanso puede volverlo irritable y poco dispuesto a colaborar o participar de la comida familiar.

Cuida el tamaño de las porciones

No le presentes al bebé una enorme cantidad de comida. Algunos niños pueden sentirse agobiados, especialmente si insistes en que coma todo lo que has colocado en el plato.

Sobre todo, al introducir un alimento nuevo es conveniente servir una porción pequeña que lo deje con ganas de más y no lo contrario.

Si pide más, ofrécele otro poco y elogia su decisión de comer ese alimento que le estás ofreciendo como una novedad. Sentir que tiene el control favorece su autoestima.

Variedad

Elabora un menú variado para ofrecer diferentes opciones cada día y sólo introduce un alimento nuevo a la vez. Además de ayudarte a identificar posibles alergias alimentarias, le permitirá al bebé identificar el nuevo sabor sin agobios.

Ir de compras

Siempre que puedas lleva a tu bebé contigo cuando hagas la compra de los alimentos. Háblale de ellos y de su importancia, de su agradable textura o apariencia o de lo mucho que te gusta ese sabor. Comenta si sabe parecido a otro alimento que sí acepte.

Preséntale los ingredientes nuevos desde su origen. Sentir que se le tiene en cuenta e implicarle es parte del proceso de introducir un nuevo alimento.

Presentación

Algunas madres prueban a presentar los alimentos de una manera atractiva y con esto consiguen mayor receptividad. Probar no cuesta nada y hacer la comida más divertida puede condicionar una mejor aceptación de los mismos.

Camuflar algunos alimentos es otra manera de familiarizarlo con un nuevo sabor. Mezclarlo con otros ingredientes e ir aumentando la cantidad del nuevo alimento hasta presentarlo solo es una manera de facilitar la aceptación de algún vegetal o fruta al que se ha estado resistiendo.

Sustituir alimentos

Cuando hayas insistido y probado con alimentos sin éxito, intenta sustituirlos por otro del mismo grupo alimenticio. Por ejemplo, cambia peras por manzanas.

Sin premios

No debes recurrir a las recompensas o los castigos para intentar estimular la receptividad de nuevos alimentos.

Debemos hacer comprender la importancia de cada alimento y no utilizar el chantaje emocional para conseguir que coma.

¿Cuánto tiempo?

La comida debería durar entre 30 y 40 minutos. Extenderla más allá de este lapso de tiempo lo hará una experiencia extenuante y aburrida para todos los miembros de la familia.

Si el bebé no ha comido suficiente, puedes ofrecerle a la hora indicada un tentempié o merienda no muy abundante para que en la próxima comida coma con más apetito.

Involucrar al bebé en la cocina

Es otra estrategia que puede funcionar. En el caso de bebés pequeños, se trata de llevarlo contigo a la cocina y sentarlo en su cochecito o silla de paseo y hablarle de los alimentos, de la receta, mostrarle los ingredientes o permitirle manipular algún ingrediente mientras preparas la comida.

Cuando sea más mayor, puedes pedirle ayuda en tareas sencillas como agregar queso, trocear hojas de lechuga con la mano o ayudar a mezclar.

Reconoce su esfuerzo

Cuando coma su comida y acepte un nuevo alimento felicítale y dile lo orgullosa que te sientes de él y lo mucho que te alegras de que coma bien. Refuerzo positivo.

Compartir con otros niños de su edad

Permitirle de vez en cuando compartir la hora de la comida con otros niños de su edad que coman ciertos alimentos a los que se ha resistido es una excelente oportunidad para que la “magia de la imitación” le haga animarse a probar algún alimento “difícil”.

Para que esto funcione, debes asegurarte de que los niños “inductores” aceptan de buen grado el alimento que deseas que tu bebé acepte.

Considera otras posibilidades

Finalmente, si has intentado estos trucos y tu bebé aún se resiste a probar algo nuevo considera la posibilidad de que sufra de neofobia.

Ésta podría manifestarse con llanto, aversión extrema a los alimentos y malestar. La hora de la comida puede ser un auténtico suplicio familiar.

Si dudas, consulta a tu pediatra quien podrá evaluar si el bebé se encuentra en el peso acorde a su talla y su edad y si necesita de algún suplemento alimenticio.

Generalmente, las estrategias que te sugerirá son las que te hemos indicado, pero podrá ofrecerte orientaciones adicionales acordes a las necesidades específicas de tu bebé.

 

 

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