Durante sus primeros meses de vida el bebé pasa mucho tiempo durmiendo como parte de su desarrollo y es muy raro que sufra trastornos del sueño.
A pesar de esto, algunos bebés pueden sufrir problemas de salud que dificulten su descanso y afecten al establecimiento de unos hábitos de sueño adecuados. Si ese es el caso de tu bebé, debes consultar con el pediatra que es la persona indicada para hacer un diagnóstico y recomendar el tratamiento que necesita.
Alergias, cólicos, enfermedades crónicas o reflujo son algunas de las posibles causas que deben ser sometidas a consulta médica, pero no las únicas. Aunque no se puede diagnosticar en niños muy pequeños, estos se pueden despertar con frecuencia y tener un sueño inquieto en general o presentar crisis recurrentes de llanto. Corresponde al pediatra determinar si podría tratarse de hiperactividad infantil o de algún trastorno neurológico.
Las necesidades de sueño varían de un niño a otro, pero si observas que tu bebé parece cansado durante el día, irritable, le cuesta conciliar el sueño y se despierta con frecuencia durante la noche debes sospechar de un trastorno del sueño.
El más frecuente de estos trastornos suele ser llamado insomnio conductual y, por lo general, se debe a malos hábitos a la hora de dormir como, por ejemplo, acostumbrar al bebé a dormirse en brazos o en la misma cama de los padres, lo que estimula su dependencia del contacto físico y su necesidad por la presencia de la madre o ambos padres para poder conciliar el sueño.
Una vez que has descartado que los problemas para conciliar el sueño de tu bebé no obedecen a una razón médica, seguramente te estés preguntando…
¿Qué encontrarás aquí?
¿Qué puedes hacer?
Ante todo, atiende a tu bebé siempre que llore. ¿Por qué? El llanto es la manera en que nuestro pequeño puede comunicarnos que algo le ocurre. Si lo ignoramos ¿imaginas su desamparo? Si todas sus necesidades están cubiertas no debería llorar, además saber que estás allí para atenderle y hacerle sentir mejor refuerza su autoestima y el vínculo entre vosotros.
Establecer una rutina
Establece una rutina antes de dormir y cúmplela cada noche a la misma hora para que tu bebé siempre sepa qué esperar. Esta rutina debe tener en cuenta que:
- Tu bebé necesita saber que el día es luminoso, que se hacen diferentes actividades y que hay ruido; que las noches son relajadas, oscuras y silenciosas. Ayúdale a establecer las diferencias. De día, sube las persianas, deja entrar la luz y no camines de puntillas mientras él duerme. Por la noche, baja las luces, procura que haya silencio y crea una atmósfera relajada.
- Sigue siempre la misma secuencia a la hora de dormir. Podría ser un baño tibio, la última toma de leche del día y luego un momento de relax en el que con las luces atenuadas le hablas con un tono de voz tranquilo, le cantas o le cuentas una historia. Así aprenderá a identificar el momento de dormir y lo asociará con sensaciones agradables: baño tibio, comida y tiempo de calidad contigo
- La ropa también es importante. Si está bien abrigado no se despertará por frío aunque se haya quitado su mantita. Una buena opción es un pijama de cuerpo entero.
- Una vez cumplido el ritual de antes de dormir, colócalo en su moisés o su cuna en caso de que tu bebé ya sea más mayor, adormecido, pero aún despierto y sal de la habitación para que aprenda a dormirse solito.
Un moisés puede resultar muy útil, no sólo para mantener la cercanía con el bebé a la hora de dormir y poder atenderle con frecuencia, sino también porque sus dimensiones más reducidas que las de la cuna hacen sentir al bebé más protegido y a gusto.
Paciencia y confianza
Si cumples el ritual del sueño con disciplina poco a poco verás los resultados, pero debes tener paciencia y dar la oportunidad a tu bebé de dormirse solo. Es tentador amamantarle hasta que se duerma, pero esto perjudica sus hábitos de sueño.
No colocar objetos estimulantes sobre la cuna
Generalmente, colocamos sobre la cuna del bebé juguetes, muñecos para que se mantenga entretenido mientras está en la cuna, pero éstos pueden convertirse en un estímulo y perjudicar el que pueda volver a dormirse si se despierta entre horas durante la noche.
Método Ferber
Ferber es el nombre de un pediatra norteamericano que planteó un método para educar los hábitos de sueño de los bebés fundamentado en dejar llorar al bebé por períodos breves de tiempo.
Según la propuesta de Ferber, los malos hábitos de sueño pueden ser corregidos si permitimos al bebé mayor autonomía y le dejamos solo a la hora del dormir cuidando que siempre se den ciertas condiciones en su habitación:
- Temperatura
- Iluminación
- Rutina
- Juguete favorito
La idea de este método es que puedes permanecer junto al bebé, hasta que lo pongas en su cuna o moisés. Una vez hecho esto debes salir de la habitación y no intentar acompañarle mientras intenta conciliar el sueño.
Si a mitad del proceso el bebé llora deberás esperar un par de minutos para atenderle, cada vez que el llore para pedir atención agregarás un minuto adicional al tiempo que esperas para entrar a ver si todo marcha bien.
Sacar al bebé de paseo
Otra medida que favorece el descanso nocturno del bebé son los paseos diarios, pero no antes de dormir ya que esto podría sobre estimularlo.
Llevarlo de paseo durante el día puede aportarle muchos beneficios, entre ellos ayudarle a conciliar el sueño para hacer siestas más largas y estar más cansado para la noche con lo que se acortaría el tiempo de espera hasta que logre dormirse.
Exponer al bebé a la luz del sol contribuirá a regular su ciclo biológico y mejorar la calidad de su sueño.
No lo expongas a la luz de las pantallas
La luz que emiten las pantallas del televisor y otros dispositivos electrónicos pueden ejercer un efecto estimulante que dificulte al bebe quedarse dormido. Si deseas ayudarle a dormir mejor, aleja las pantallas de su vida. Especialmente en las horas previas al momento de ponerle a dormir.
Recomendación Final
Como los hábitos de sueño de los niños son muy particulares, debes probar las diferentes estrategias hasta dar con la que funcione y te sirva para ayudar a tu bebe a dormir mejor, siempre que previamente hayas consultado con tu pediatra y éste hubiera descartado que tu bebé tiene un trastorno del sueño que necesita tratamiento médico.