A todos nos gusta disfrutar de una buena siesta después de comer pero, por desgracia, los adultos rara vez tenemos tiempo para ello. Sin embargo, en la etapa de bebé, las siestas son muy importantes. De hecho, son casi imprescindibles.
Y no sólo son beneficiosas para nuestro hijo, sino que también nos dan a los padres un descanso muy necesario.
Para poner en perspectiva la siesta, primero vamos a definirla.
Se considera siesta a cualquier periodo de sueño que el bebé realiza durante el día. Esta siesta tiene que hacerse, preferiblemente, en una cuna o minicuna, una superficie firme y segura que evitará muchos problemas.
¿Cuántas siestas debe hacer el bebé al día?
Es entre las 6 y 8 semanas de edad cuando el bebé empieza a consolidar el sueño y empieza a dormir la siesta propiamente dicha. En esa etapa, probablemente necesitará entre 4 y 8 siestas al día.
A partir de los 3-4 meses, los bebés comienzan a seguir un patrón de sueño más estable durante el día y las siestas se reducen a 4-5. Esta es la mejor época para empezar a establecer un horario de siesta.
A algunos bebés les gusta dormir un largo periodo de siesta, mientras que otros prefieren hacer siestas más cortas. Por eso, la duración de la siesta dependerá de cada bebé.
Para los 6 meses, el bebé probablemente ya realice dos o tres siestas al día de 45 minutos a 2 horas, una por la mañana, una después de comer y otra por la tarde.
A los 9-12 meses, la mayoría de los bebés ya duermen dos siestas al día de 1 hora, una por la mañana y otra por la tarde. Y a los 18 meses, la mayoría de los niños dejan la siesta matutina, pero mantienen la de la tarde, patrón que continuarán hasta los 3 o 4 años, aunque los más dormilones seguirán con la siesta hasta los 5 o 6 años.
Beneficios de la siesta
Ayuda en el desarrollo emocional: Los bebés que no descansan durante el día, muestran más signos de ansiedad y menor capacidad cognitiva que los que hacen varias siestas. El sueño insuficiente influye en la forma en la que los niños pequeños expresan diferentes sentimientos y puede crear trastornos del estado de ánimo de por vida.
Influye en el aprendizaje: Se ha demostrado que el sueño es importante para la maduración del cerebro de los bebés y la consolidación de sus recuerdos. Los bebés que duermen por el día y por la noche tienen un mayor desarrollo cognitivo.
Mejora el descanso nocturno: La falta de siestas por el día, puede hacer que los bebés no duerman bien por la noche. La falta de inactividad durante el día cansa e irrita al bebé, dificultando el sueño por la noche. El sueño genera sueño y si los bebés se saltan las siestas, no compensan el tiempo de sueño perdido durante la noche.
Mejora el estado de ánimo. Los bebés descansados tienen un ánimo más apacible, son más accesibles y están menos irritables.
Afecta al crecimiento. Los bebés que duermen menos, ganan más grasa cuando son bebés y tienen mayor riesgo de tener sobrepeso a partir de los 3 años de edad.
¿Qué hacer si el bebé no quiere dormir la siesta?
Si quieres que tu bebé haga siestas regulares, consistentes y predecibles, entonces necesitas tener un horario de siestas regular, consistente y predecible. Todo tu horario debe girar en torno a las siestas, para acostar al bebé a la misma hora.
Es igualmente importante crear una rutina antes de las siestas.
La rutina no tiene que ser larga o complicada, basta con realizar varias actividades relajantes. Por ejemplo, pasar unos minutos abrazándolo, leyendo libros o cantando canciones.
Esta rutina no sólo relajará y tranquilizará al bebé, sino que también le indicará que se acerca la hora de la siesta.
Presta atención a su nivel de cansancio. Esto es especialmente importante en la etapa infantil, ya que los bebés pequeños se cansan demasiado rápido y un bebé cansado es mucho más difícil de tranquilizar y dormir que un bebé que está descansado y contento. Así que estate atenta a los signos de cansancio del bebé (frotarse los ojos, bostezar, etc.) y actúa con rapidez.
Otro de los trucos para que duerma, es mantener el hogar tranquilo durante la siesta, lo cual puede ser todo un desafío si hay más niños en casa. El ruido blanco puede ayudarte a bloquear el ruido del exterior mientras tu pequeño duerme.